lunes, 14 de diciembre de 2015

Todos los niños crecen, excepto uno.

Hacía mucho tiempo que un cuento infantil me rondaba la cabeza; quería leerlo en su versión original, sin ningún edulcorante de la marca Disney (y otros) de por medio, y ayer comenzó mi gran aventura: he leído la historia de Peter Pan, de James M. Barrie.

"Peter and Wendy", por J. M. Barrie

Para empezar, la obra está narrada con mucho gusto y se hace increíblemente amena, en un tono que baila constantemente entre la literatura de adultos y la infantil. Desde el principio nos queda claro que la versión de Disney no es más que un Frankenstein entre la oscura obra de Barrie y un puñado de azúcar y purpurina.

En un mundo en el que las madres son cariñosas y dedican sus horas de vigilia a reordenar los pensamientos y la imaginación de sus hijos mientras estos duermen, se planta Peter Pan a la búsqueda y captura de su sombra y sobretodo, de cuentos.

Podría tratarse perfectamente de una novela de terror cuando leemos que tres hermanos dicen conocer a un niño llamado Peter, que no existe en el mundo real, y que una noche entra en su habitación a través de la ventana, apagando en un bostezo las lamparillas de las mesillas, dejando paso a la más cruda oscuridad, rota sólo por el destello de Campanilla.

"Peter apareció"

Peter conoce así a Wendy, la más mayor y única chica de los tres hermanos, y al enterarse de que la niña conoce muchos cuentos infantiles, decide egoístamente llevársela al país de Nunca Jamás, arrastrando, sin ningún tipo de interés, a sus hermanos para conseguir su propósito. En su camino hacia la segunda a la derecha todo recto hasta el amanecer, los niños empiezan a sentir miedo ante la presencia de Peter, que deja que estos se duerman mientras vuelan y caigan estrepitosamente hacia el mar, para rescatarles en el último momento, justo antes de estamparse contra el agua, ya que lo encuentra divertido. De vez en cuando les abandona para correr sus propias aventuras, las cuales luego no recuerda. Aun así, por la forma de narrarlo, nos provoca una extraña sensación de ternura, un “te lo perdono, porque eres Peter Pan”, y es que no es más que eso: un niño que se perdió y vivió sin la figura de unos padres que le guiaran, y esto se verá reflejado en su comportamiento a lo largo de toda la obra.
Wendy estaba llorando, pues era la primera tragedia que veía. Peter había visto muchas tragedias, pero se le habían olvidado todas.
Cuando llegan a la isla de Nunca Jamás, Wendy y sus hermanos descubren que no es tan bonito cuando un sueño se hace realidad y todos esos indios y alimañas del bosque representan una amenaza real. Pero sobretodo nos hablan de los grotescos piratas, como Noodler, que tiene las manos colocadas al revés, y de su líder, el Capitán James Hook, al que Peter cortó la mano derecha durante alguna contienda y desde entonces lleva un garfio de hierro en su lugar que emplea para acuchillar a sus víctimas.
De aspecto era cadavérico y cetrino y llevaba el pelo en largos bucles, que a cierta distancia parecían velas negras y daban un aire singularmente amenazador a su amplio rostro. Sus ojos eran del azul del nomeolvides y profundamente tristes, salvo cuando le clavaba a uno el garfio, momento en que surgían en ellos dos puntos rojos que se los iluminaban horriblemente.
Peter arrojó la mano de Hook a un cocodrilo, y éste, movido por el delicioso sabor del capitán, se dedicó en cuerpo y alma a perseguirle allá a donde fuera. El cocodrilo también se tragó un reloj y cuando Hook oye el “tic tac”, sabe que el animal anda cerca y huye, escapando de su fatal destino una y otra vez, pero ¿qué ocurrirá cuando este reloj se pare? Es la pregunta que más atemoriza al pirata, puesto que ya no podrá oírle venir y entonces, llegará su final. Un interesante símil con el paso del tiempo y el miedo a la muerte, bajo mi punto de vista.

"Morir será una gran aventura"

Los niños perdidos representan a todos los niños que se pierden en el mundo real y que nunca regresan a él porque Peter Pan se los lleva. Es muy curioso porque no tienen nombre de persona, sino que se llaman Lelo, Avispado, Presuntuoso… en función de sus personalidades, quizá como guiño a la pérdida de identidad de los niños que se pierden y que tras un tiempo, ya no son nunca más recordados.

Campanilla, que aún no ha relucido entre mis palabras, se lleva la palma a la mujer celosa del año. Odia con todas sus fuerzas a Wendy, que ahora es la que acapara la atención de Peter y de los niños perdidos, y no sólo la pellizca y pega continuamente, sino que, en ausencia de Peter, llega a ordenar a los niños que la maten (y casi lo consigue).

Como decía antes, lo que sentimos hacia Peter Pan durante la obra son pensamientos encontrados; ya que por un lado, estamos ante un niño que nos narra cómo disfruta matando a adultos a sangre fría, que olvida constantemente las cosas, y que por tanto sólo vive en el presente, en un presente infinito sin pasado y sin un futuro. Peter Pan no sabe ni quién es él mismo. Al olvidarse de las cosas continuamente, reacciona a todo como si lo viviera por primera vez. Como un niño pequeño, es muy vanidoso y siempre busca llamar la atención y jactarse de ser el mejor.

"Esta vez, Garfio o yo"

Así mismo, la relación que tiene con los niños perdidos es algo turbia, ya que no consiente que éstos se parezcan a él y le superen en inteligencia. Además, si quiere jugar a un juego, todos deben seguirle la corriente o “sufrirán las consecuencias”. Uno de sus juegos preferidos es comer comida invisible (aunque esto signifique tenerles a todos muertos de hambre durante días). Aun así, es admirable y muy tierno ver cómo Peter trata a Wendy y la superpone por encima de todas las cosas y siempre trata de salvarla y hacer cosas para complacerla, de la misma manera en la que un niño trataría a su madre. Aunque la niña al final de la aventura llega a sentirse atraída por Peter, acaba asumiendo que éste nunca le podrá dar un amor más allá del madre-hijo, porque enamorarse de ella implicaría parecerse demasiado a un adulto.

Mientras está en Nunca Jamás, Wendy no crece, pero desde luego que se convierte en una auténtica madre-abueleitor 3000 (¿o más bien sirvienta?) que no ve la luz del sol en semanas por estar fregando cazuelas, cosiendo o preparando comida invisible para el bueno de Pan. Quizás el ligero tono machista de algunas partes de la obra nos choque a día de hoy, pero hay que recordar que se trata de una obra de 1900.
Con el paso del tiempo, que por cierto, nadie sabe cuánto pasa exactamente, Wendy contempla atemorizada cómo sus hermanos van olvidando a sus padres y su vida pasada y se ve obligada a realizarles exámenes con preguntas como «¿De qué color eran los ojos de mamá? ¿Quién era más alto, papá o mamá? ¿Mamá era rubia o morena? Contestar las tres preguntas si es posible.»

Tras un montón de aventuras con sirenas, indios y un agradable verano en una laguna que no contaré, llega el momento en la obra en la que el Capitán Hook idea un plan para atraer a Pan a una letal trampa y acaba atrapando a todos los niños perdidos y a Wendy, llevándolos encadenados de manera brutal hasta su barco, donde les espera una muerte en lo que llaman “la plancha” mientras la niña deberá observar obligada toda la macabra escena.

Después de un entretenido giro argumental, la escena se resuelve con todos los piratas muertos a manos de los niños perdidos y una lucha a dos espadas entre Peter Pan y Garfio, que se ve acorralado en la borda, a punto de saltar al agua, donde le espera el cocodrilo, que ha dejado de sonar porque el reloj ya no tiene cuerda.

"Este hombre es mío"

Tras la muerte de Hook los niños regresan al mundo real en el barco pirata y Wendy pide a sus padres (que se habían vuelto prácticamente locos tras su desaparición) si pueden adoptar a todos los niños perdidos. Peter Pan, aterrado ante la idea de crecer, decide volver solo a Nunca Jamás, aunque antes de irse promete que cada año volverá a buscar a Wendy para pasar la primavera juntos (realmente vuelve “para que ella haga la limpieza de primavera”), pero cuando Peter regresa, ella se da cuenta de que nuevas aventuras han ocupado lugar en su cabeza y que ya no se acuerda de los viejos tiempos, ni del Capitán Hook ni de Campanilla (que por cierto, se deduce que él mismo la ha matado).

La siguiente vez que Peter vuelve al mundo real, lo hace sin ser consciente de que han pasado muchos años (para variar, se ha olvidado) y descubre que Wendy ya es mayor y que incluso tiene una hija, a quien se acaba llevando a Nunca Jamás durante una primavera para que ésta le cuide como hizo Wendy, y cuando se haga mayor, regresará a llevarse a la hija de la hija de Wendy, y así tendrá lugar un "érase una vez, y otra, y otra y otra..."
Ella tuvo que decírselo.
-Soy mayor, Peter. Tengo mucho más de veinte años. Crecí hace mucho tiempo.
-¡Prometiste que no lo harías!
-No pude evitarlo. Soy una mujer casada, Peter.
-No, no es cierto.
-Sí y esa niña de la cama es mi hija.
-No, no lo es.
Pero supuso que lo era y se acercó a la niña dormida con el puñal levantado. Naturalmente, no lo clavó. En cambio, se sentó en el suelo y se echó a llorar y Wendy no supo cómo consolarlo, aunque en tiempos podría haberlo hecho con gran facilidad. Ahora no era más que una mujer adulta y salió corriendo de la habitación para tratar de pensar.


Para terminar, y para comprender mejor la obra, decidí investigar un poco más sobre el autor. Y amigos... todo empezaba a encajar absurdamente:

El escritor nace en Escocia, noveno de los diez hijos que tiene el matrimonio Barrie. A los cinco años un hecho traumático marca su vida para siempre: su hermano David muere en un accidente justo antes de cumplir los 14 años de edad. Esto hace que su madre, Margaret, entre en una profunda depresión y se convierta en una persona desequilibrada y autoritaria y comience a ignorar a todos sus hijos, en especial a James, al que sólo hace caso cuando se pone las ropas de su hermano muerto cuando trata de animarla. Su padre no presta demasiada atención a los niños.

James Mathew Barrie

James Barrie crece (en edad, porque de estatura no llega a superar el metro cincuenta) a la sombra de un hermano mitificado por una madre que le echa en cara constantemente que él está vivo y puede crecer, mientras que su hermano David ya no volverá nunca jamás.

Cuando es adulto, le gusta pasear por los jardines de Kensington (el lugar de nacimiento de Peter Pan en la obra), donde conoce al matrimonio Llewellyn Davies y a sus hijos (Peter, Michael, Jack, George y Nicholas) y enseguida entablan una estrecha amistad. Barrie visita constantemente a la familia y se convierte en un segundo padre para los chicos, que le adoran a él y a sus cuentos llenos de fantasía. Años más tarde, la muerte vuelve a la vida de Barrie y los niños quedan huérfanos, de modo que el escritor pasa a encargarse de ellos. Con el tiempo, tres acaban muriendo: George fallece en la Primera Guerra Mundial, Michael se ahoga en una laguna (Peter Pan también está a punto de fallecer del mismo modo en la obra, pero es rescatado 'poéticamente' por un ave) y Peter se suicida tirándose a las vías del metro de Londres.

Barrie jugando con Michael Llewellyn Davies, haciéndo del Capitán Garfio

Cuando leemos todo esto, comprendemos inmediatamente que James Barrie no escribió más que los reflejos de una infancia marcada por el trauma: la tan anhelada figura de una madre tierna y amorosa, los niños perdidos (que serían los chiquillos Llewellyn Davies), y el irracional deseo de no crecer nunca. Él mismo confesaría muchas veces que su más profundo deseo hubiera sido recuperar los años felices de su primera infancia, y que su más célebre personaje, Peter Pan, era una personificación de tales anhelos.

"Nada pasa, después de los 12 años, que importe mucho"


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Hay muchos enlaces en la web a documentos en PDF con la obra traducida (mejor o peor) al castellano, pero os dejo aquí el enlace a la obra original en inglés para quien le interese:

Espero que os haya gustado mi visión, personalmente me ha encantado leerla y re-descubrirla e investigar más allá de ella y sin duda alguna, ha dejado una fuerte huella en mi mente, que también tiene un poco de Peter Pan.

BeerBreaker.

sábado, 13 de junio de 2015

Lo que esconde el "aceite vegetal"



Esto es un orangután (bueno, dos). Macacos, papiones, gibones, chimpancés... con tanto nombre de monos distintos, aprendí a diferenciar a los orangutanes del resto porque eran pelirrojos y tenían cara de buena gente.

La palabra 'orangután' deriva del malayo y significa "hombre de la selva". Como podrás imaginar, su hogar es muy distinto al tuyo y al mío. Para empezar, prácticamente pasan toda su vida subidos a los árboles, en selvas intrincadas, llenas de insectos, alimañas, lianas escurridizas y esos sonidos de bosque nocturno que no dejarían dormir tranquilo a más de uno. Un lugar en el que alguien como yo no sobreviviría demasiado tiempo, pero que ellos sin embargo, consideran su hogar, y aunque llevan mucho más tiempo que nosotros en este planeta, su futuro hoy en día es incierto. 

Sólo hay dos especies de orangutanes en todo el mundo y su hábitat se encuentra reducido a las selvas de Borneo y Sumatra (Indonesia). Ambas se encuentran en peligro de extinción.



El aceite de palma es el más utilizado en todo el mundo, muy por encima del aceite de soja, girasol o el aceite de oliva. Se extrae de una palmera llamada Elaeis guineensis, que como su propio nombre indica, es originaria de África, aunque, como todo en esta vida, se ha importado a otras partes del mundo; su rendimiento de cultivo es mayor y su coste es mucho más barato que otras plantas que producen aceite. Y es que no hay otra palabra en el mundo que nuble más la vista del hombre: BARATO.

¿Para qué se usa el barato aceite de palma?

Galletas, chocolates, champús, maquillaje, pasta de dientes, snacks, comidas preparadas, velas, e irónicamente, también se usa como "biocombustible". Hoy en día cuesta encontrar productos en el mercado que no lleven aceite de palma, fíjate en las etiquetas la próxima vez que vayas a comprar.
Se están deforestando o "limpiando", grandes extensiones de selvas tropicales para plantar en su lugar esta palma africana. Indonesia se sitúa como el principal productor de aceite de palma del mundo, y hogar (por poco tiempo) de estos orangutanes, que han visto reducido su hábitat hasta la friolera de un 80%





Muchos productos tratan de enmascarar en sus etiquetas las palabras ACEITE-DE-PALMA y en su lugar colocan otras más suaves como "grasas vegetales", "aceites vegetales" o directamente, desgranando el aceite de palma en sus componentes como "ácido palmítico" para que pase más desapercibido.

Aun así, hay muchísimas más especies en peligro de extinción a las que no se les presta ni la mitad de atención que la que prestamos a los orangutanes. Quizás por no ser tan parecidas a nosotros, o quizás por no ser animales "tan bonitos". ¿A quién le importa un insecto? Ugh, qué asco, ¡písalo, písalo!

¿Te imaginas que la especie en peligro de extinción fuéramos nosotros?
Ups, ya lo somos. A ver cuánto tardamos en darnos cuenta de esto.

ACTUALIZACIÓN:
Este post es de 2015 y a día de hoy muchas empresas ya se han puesto las pilas para eliminar el aceite de palma de sus productos porque la gente dejó de comprarlos (no creáis que fue por conciencia ecológica, es por dinero). Ahora queda que dejen de meterlo todo en plásticos, pero ya hablaremos de eso en otro post.

BeerBreaker.


lunes, 4 de mayo de 2015

El tropiezo de Ana - Mind the Gap.

Se abren las puertas, entro en el metro y me siento.

En frente están sentados Ana y Jesús. Van vestidos muy elegantemente, sobre todo Ana, con sus nuevos zapatos rojos de tacón. Se los compró aunque no sabía caminar con ellos. Se dan la mano y miran al frente seriamente, cualquiera pensaría que están enfadados. De pronto Jesús rompe el silencio, continuando con lo que parece una conversación que se ha detenido algunas paradas atrás. Hablan sin mirarse a la cara.

-He pensado que me voy a llevar la bicicleta al pueblo cuando vayamos a ver a tus padres.
Ana se revuelve en su asiento y tuerce el gesto.
-Tú sabrás lo que haces, ya sabes lo que pienso.
-Si tú no quieres, entonces no me la llevo-, dice Jesús tras otra larga pausa.

Parece una conversación demasiado tensa como para tratarse de una simple bicicleta. Miro sus manos que siguen entrelazadas como por obligación. La megafonía del metro hace despertar lo que parece una leve sonrisa en el rostro de Ana: han llegado a su parada.

Sueltan sus manos, se levantan y avanzan hacia la salida. Jesús sale primero y Ana se tropieza, pero un chico le ayuda a no caerse. Sonríe de verdad.

Se cierran las puertas.


BeerBreaker.

lunes, 27 de abril de 2015

Estrella fugaz - Mind the Gap

Se abren las puertas y entro en el tren.

Sentada en una esquina está Estrella. Aunque el vagón está casi lleno, nadie se atreve a ocupar el sitio que está justo a su lado. Quizás sea por su olor, o por su ropa sucia, o porque está tan consumida, que no le quedan fuerzas para mantenerse erguida, y yace cabizbaja con el cuerpo balanceándose a merced del traqueteo del metro.

Siempre le resultó un tanto irónico el significado de su propio nombre, Estrella: un cuerpo celeste que brilla con luz propia en el firmamento. En su realidad, sin embargo, lo único que brillaba por las noches era la aguja cuando entraba punzante, empujando el jaco a través de sus venas, que avanzaba arañando, quemando, desde el brazo hasta el cerebro.

Empezó a meterse hacía tan sólo un año, pero el monstruo de la droga la había consumido tan rápido por dentro que parecía que doblaba su edad. También estaba embarazada, o eso creía, aunque no estaba muy segura de quién y en aquellos momentos tampoco importaba. Consumía tanto, que algunos enfermeros que visitaban las chabolas de vez en cuando, le habían advertido que su hijo nacería con síndrome de abstinencia. Sólo pensar en el punzante llanto de un bebé le hacía querer pegarse un tiro, pero con un poco de suerte, el siguiente pico evadiría todos los problemas.

Salgo del vagón. Ya no queda casi nadie dentro y a Estrella se le ha caído la botella de agua que llevaba en las manos. Se cierran las puertas.



BeerBreaker

miércoles, 25 de marzo de 2015

Autotodo

"Te queroseno.
Perdón, te quiero, estúpido autocorrector..."

Hay veces que es más fácil y rápido escribir lo que uno quiere, y no dejarse llevar por lo que una máquina cree que quieres. No dejes que te autocorrijan. Borra y corrige tú mismo, no se pierde tanto tiempo.

Nos acostumbramos demasiado a la comunidad. 
Perdón, comodidad*



BeerBreaker.